Giuliana Lastres Blanco, colaboradora de la dictadura fujimontesinista, además de haber servido al ex-presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Acosta, tras la destitución de tres magistrados desaforados por los sucios oficios de Martha Hildebrandt, es nombrada Oficial Mayor del Congreso por, nada menos que, por el nacionalista Daniel Abugattás, quien según el diario La Primera se está dejando copar por funcionarios del fujimontesinismo.
María Teresa García, del comité editorial de un furibundo diario derechista, que pasó la temporada electoral haciendo campaña de guerra sucia contra Humala, ya fue presentada como una periodista que trabajará en la oficina de prensa del nuevo congreso.
Eduardo Roy Gates, ex-abogado de Rómulo León Alegría, el exministro aprista encarcelado por los petroaudios, acaba de ser designado consejero presidencial de Humala en temas jurídicos.
Luego de jurar y rejurar que no tendría militares en puestos de ministros y/o altos funcionarios de gobierno, Humala acaba de colocar en cinco puestos claves a militares en retiro que, con esos nombramientos volverían a la actividad por la influencia de sus cargos. Entre ellos, general Daniel Mora, en Defensa, capitán Víctor Gómez, en la DINI, coronel Luis Pereira en INDECI, coronel Oscar Valdés Dancuart, en Interior, y una lista que sugiere muchos más nombres de acuerdo a lo que informa el diario La República.
En los últimos días lo que eran rumores, respecto a contrataciones de apristas y fujimoristas en puestos claves del gobierno de Humala hoy ya son nombramientos oficiales que, especialmente a medios fascistones como Correo, le parecen poco pero, descaradamente, despotrican de una que otra mínima contratación, a puestos secundarios, que haya sido entregada a un izquierdista “rosado”, que son los únicos llamados, si es que…
No debiera sorprendernos. Esta es la esencia del estado burgués, cuya estructura es burocratizada con el objeto de poner un muro de contención a las necesidades populares a las que el estado en manos de la burguesía trata con indolencia, en el mejor de los casos, cuando no con la más brutal de las represiones. En el capitalismo, la ganancia, el lucro individual, la acumulación de las riquezas que se consiguen generalmente a través de formas corruptas, faenones, y el desprecio total por las necesidades de las grandes mayorías, constituyen la política oficial.
En la lógica capitalista, todo vale para conseguir ganancias no importan si estas nadan en sangre y miseria.
¿Solución? Si la hay, desburocratizar el estado, acabar con los famosos secretos de estados que encubren la corrupción, diluir entre el pueblo muchos de los quehaceres del gobierno, hacer públicos todos los actos, como licitaciones, contratos, etc. La tecnología de información debe estar realmente al servicio de toda la población. Esto es lo que debiera consagrar una nueva constitución. Para lograrlo es necesario un pueblo organizado y bien enterado de lo que debe ser su futuro. Un pueblo que luche por tomar su destino entre sus manos. Esa es la tarea actual. No basta afirmar que se necesita una Asamblea Constituyente. Se trata de preparar y organizar al pueblo, barrio por barrio, comunidad por comunidad, sindicato por sindicato, asociaciones populares una por una. ¿Es posible? Claro que sí... ¡Sí se puede!
El futuro será nuestro, si el presente es de lucha.
Cabe
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