Saturday, September 22, 2012

¿20 años no es nada?


Eso lo dijo alguna vez el tanguero Gardel y se quedó grabado como una de las verdades eternas que viene a cuento ahora que, con bombos y platillos, se conmemora con una insistencia digna de mejor causa, la captura del Abimael Guzmán quien desde 1992 purga una cadena perpetua que prácticamente lo ha convertido en muppet de sus seguidores..

Pero si la vida está a cuadritos para el Guzmán enjaulado, el “pensamiento Gonzalo” está demostrando que sigue vivito y coleando. Además, está libre como el ave que escapó de su prisión…

Una nota recientemente escrita por el periodista Gustavo Gorritti, describe cómo a fines de 1990, cuando apenas cumplía cien días el gobierno del ladrón y genocida, Alberto Fujimori, el “asesor” Montesinos conspiraba para impedir la captura del “cachetón” Guzmán, hasta que el poder absoluto haya sido completamente justificado para la dupla mafiosa. ¿Qué podemos deducir de esa denuncia?

Primero, que existen intereses económicos que crearon la excusa perfecta en el senderismo para imponer una agenda que devolvía al Perú a la condición de país sometido a las grandes corporaciones capitalistas para redondear la globalización capitalista. Un poder colonial que impuso la agenda de la conquista que no acaba. Como desde hace casi 500 años.

Terrorismo perromuertero
En el principio, cuando el terrorismo senderista se manifestó en un perro muerto colgado de un poste, la angurria económica de una burguesía churreta —por incompetente y parasitaria, que depende de sucias y corruptas negociaciones con el Estado para solventarse— encontró la oportunidad de hacerse de dinero fácil.

Son muchas las denuncias que apuntan a empresas contratistas como responsables de la mayoría de las torres eléctricas derrumbadas en los 80, durante el gobierno del arquitecto Belaúnde. Las denuncias destacan que debido a que, por razones de “emergencia”, el Estado pasaba por alto las licitaciones para negociar directamente con las empresas, es que el derrumbe de torres de electricidad se convirtieron en el negocio del momento. Unas denuncias que 20 años después siguen sin ser desmentidas.

¿Cuántas muertes pudieron evitarse si capturaban a Guzmán a fines de 1990? Se pregunta Gorritti.

En la misma línea, pero en la lógica de los criminales capitalistas, podríamos preguntarnos, ¿cuantos millones de dólares hubieran dejado de ganar las empresas que acumularon riquezas sobre la sangre con olor a pólvora y dinamita que el pueblo andino derramaba entre el terrorismo de Estado y el de Sendero, si el “cachetón” no hubiera seguido libre gracias al maquiavelismo de Fujimori y Montesinos?

20 años han pasado y la historia de entonces se levanta nuevamente como excusa para las nuevas fechorías de un poder capitalista que no sabe otra cosa que acumular riquezas con las manos manchadas de sangre. Esa es la razón por la que se revive el fantasma de Sendero a través de un Movadef que actúa como el ala izquierda del fujimorismo y por eso su consigna máxima es la amnistía tanto para los asesinos del Grupo Colina como para Montesinos, Fujimori y el propio Guzmán. ¿Es esta una casualidad o es simplemente unidad de intereses en la que los supuestos contrarios se parecen?

El Dios capitalista y el diablo senderista
¿Será que, como en el mito católico, Dios no puede existir sin el Diablo que justifica su existencia? Porque el Dios que lleva a la hoguera, a la tortura, a la cadena eterna, que demanda la Inquisición con el fin de “extirpar idolatrías”, a veces resulta más aterrador que el propio diablo.

La nueva versión del diablo senderista, el MOVADEF, que hoy es el cuco contra el que la derecha peruana cierra filas, asusta más, no tanto por la amenaza que este grupo de acciones radicales pero de programa político derechista, sino por la amenaza del castigo de Dios: el retorno del terrorismo de Estado.

Porque una lectura real del informe de la Comisión de la verdad revela que la mayoría de los más de 70 mil muertos que causó la “guerra sucia” (¿existe una guerra limpia, fue la de Hitler una guerra limpia?) en el Perú fueron asesinados por el terrorismo de Estado.

Poder absoluto
Es para ejercer un poder absoluto, sordo a las demandas populares y abierto a posquehaceres criminales y corruptos de las mafias capitalistas, que una vez más el Estado peruano a través de los medios de comunicación, chantajea al pueblo peruano con esta fórmula: o estás con la derecha y sus partidos, obedeciendo hasta la sumisión al Estado fujimontesinista que es el que sigue gobernando con Humala, o te atienes a las consecuencias, porque vamos a satanizar todo tipo de movilización social como proveniente del Movadef.

¿No hay un término medio?
La izquierda “oficial”, con todas sus siglas, hace tiempo que se incorporó a ese juego en el que el reformismo sólo es el puente a la continuidad del Estado fujimorista que fue consagrado por la Constitución redactada por el propio Montesinos en la salita del SIN.

Los colectivos sociales que repudian a esa izquierda, que fueron el baluarte del ¡No a Keiko! Que derrotó a la candidata de la mafia en las últimas elecciones, tienen la palabra que lleva a la acción. Es imperativo desenmascarar la patraña orquestada por la oligarquía, sus partidos de derecha, sus medios de comunicación que nos dan a escoger una vez más entre el terrorismo de Estado o el Movadef, que prácticamente son lo mismo.