Wednesday, July 6, 2011

¿Se debe celebrar la fecha del saqueo de Machu Picchu?


Que la imposición del eurocentrismo es aplastante en nuestra historia oficial, lo muestra la pretendida celebración de los “100 años del descubrimiento científico (sic) de Machu Picchu”.

Eso nos recuerda el tristemente célebre festejo del V Centenario del “descubrimiento de América”, en 1992, conmemorado especialmente en España.

En el caso del “descubrimiento de América”, pareciera que cuando los españoles llegaron al continente, éste o estaba deshabitado o en todo caso lo era por gentes primitivas, salvajes, sin idioma, sin religión, sin cultura. Por eso, hoy se habla del “legado español”: el idioma, la religión y la cultura “occidental y cristiana”. De modo que en la visión eurocéntrica, los quechuas en vez de idioma hablaban dialecto, en vez de religión tenían superstición y en lugar de cultura, folklore.

Uff, ay que tomar aire, respirar profundo para tragarse ese cuento.

Si Marco Polo hubiera triunfado militarmente en su excursión a China, seguro que los europeos tendrían una fecha para la celebración del descubrimiento del Asia. Pero como todos sus intentos de invasión se estrellaron contra la Gran Muralla China y tuvieron que salir volando porque los inventores de la pólvora no los recibieron con fuegos artificiales sino con explosiones en su trasero, es que Europa no tiene una fecha marcada con la espada y la cruz en el calendario del inicio de sus relaciones con Asia.

En cambio, en el caso del continente que ellos llaman América, pero que los indígenas con todo derecho denominan Abya Yala, ("continente de vida"), como hasta hoy la historia oficial la escriben los que triunfaron, es que todavía no se desmienten sus cuentazos.

Agustín Lizárraga
Sirva, pues, este largo preámbulo para referirnos al hecho de que la celebración del llamado descubrimiento de Machu Picchu, por el aventurero Hiram Bingham, no es más que el festejo del día en que el mencionado personaje, llevado por guías que conocían el camino, trazado el 14 de Julio de 1902 por el agricultor cusqueño Agustín Lizárraga, inició el saqueo de piezas importantes que fueron a parar a la Universidad de Yale, y vaya uno a saber adonde más, que hasta ahora no devuelve la totalidad de las piezas arqueológicas inventariadas durante el gobierno de Agusto B. Leguía, que se prestó a semejante latrocinio. Y vaya a saber si todo lo de verdadero valor fue realmente inventariado. Yo no lo creo.

Se ha revelado, y existen algunas pruebas fotográficas que así lo confirman, que Lizárraga llegó a Machu Picchu antes que el “Indiana Jones” Bingham; que cuando el agricultor cusqueño llegó a la ciudadela, pintó un muro con su nombre y con la fecha de su hallazgo. Una pintada que Bingham hizo despintar entra gallos y medianoche para que los fotógrafos del National Geographic, que pagaron su aventura, pudieran atribuirle y pagarle la exclusividad.

Pachacútec
Pero más allá de esta historia, de Lizárraga o Bingham, nadie se atreve a hablar de lo epopéico de sus verdaderos constructores, en especial del Sapan Inca Pachacútec y sus asesores que plasmaron esta obra de particular atractivo y de perdurable encanto. No. El eurocentrismo, también ha creado dudas respecto a sus constructores, para así disminuir sus proezas. Como no puede admitir que los indígenas hayan sido capaces de construir semejante maravilla, hasta ha inventado la idea de que fueron extraterrestres quienes realizaron este gigantesco monumento que representa el epítome de lo que fue la cultura quechua.

Este 7 de julio sólo pueden ser capaces de celebrar el saqueo de Machu Picchu quienes como Alan García y demás parásitos cleptócratas que gobiernan el Perú siguen saqueando o permitiendo el saqueo de nuestro país.

Cabe

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