Wednesday, July 27, 2011

El Asalto al Cuartel Moncada y el inicio del socialismo latinoamericano

Líderes de la Revolución Cubana, marchan en respuesta a uno de los múltiples atentados criminales llevados a cabo por EEUU contra la Isla revolucionaria.

A Miguel Maldonado, dominicano del mundo, un hombre fiel a sus principios, amigo leal y buen compañero.
El 26 de Julio de 1953, un grupo de militantes del Partido Ortodoxo, una organización de corte reformista, cuyos lemas importantes eran “Vergüenza contra el dinero” y “Prometemos no robar”, dirigidos por el joven abogado Fidel Castro, asaltaron el Cuartel Moncada, ubicado en Santiago de Cuba, al Oriente de la isla, con el objeto de obtener una victoria militar contra la dictadura de Fulgencio Batista, un sargento del ejército cubano que asaltó el poder el 10 de Marzo de 1952, con el apoyo de la mafia de Lucky Luciano y del Departamento de Estado norteamericano.

La operación revolucionaria fue derrotada y gran parte de los 135 combatientes fueron hechos prisioneros y asesinados por las torturas dirigidas por los oficiales de Batista, que convirtieron “el uniforme militar… en mandil de carnicero”(F. Castro). Castro es capturado y llevado a juicio presentando un brillante alegato con el título “La historia me absolverá” que será su consagración como líder popular.

En México, el Gramma
22 meses después, en 1955, Batista en un alarde de seguridad, como quien tiene todo bajo su control, amnistía a Castro y los sobrevivientes del Moncada que parten a México a preparar el retorno a Cuba y dar inicio a la lucha armada, contra la dictadura batistiana y su régimen de terror.

El 2 de diciembre de 1956 luego de un viaje complicado, el Gramma una pequeña embarcación, es intervenida al llegar a las costas. Sólo sobreviven 20 guerrilleros de los 82 iniciales, entre los cuales destaca Ernesto Che Guevara, que se dirigirán a la selva para reorganizar una guerra de guerrillas que no descansará hasta lograr la victoria final el Primero de Enero de 1959.

La leyenda que ha distorsionado los hechos, presenta la revolución cubana como resultado de la lucha de unos pocos heróicos guerrilleros, pero no es así. La oposición a Batista funcionaba en todo el territorio cubano, en las universidades, las plantaciones, las fábricas, los movimientos femeninos, los barrios pobres.

Reforma o revolución
El Partido Socialista Popular (Comunista), dirigido por Blas Roca, el 30 de agosto de 1953, en una “Carta a los militantes” presenta el asalto al Cuartel Moncada como una tentativa “putschista, aventurerista, desesperada, característica de una pequeña burguesía sin principios y comprometida con el gangsterismo”, proponiendo elecciones generales para enfrentar a Batista, el dictador al que años antes calificaran como “ídolo de un pueblo que piensa y vela por su bienestar... hombre que encarna los ideales sagrados de una Cuba nueva y que por su actuación demócrata identificado con las necesidades del pueblo, lleva en sí el sello de su valor” (Hoy, vocero del PSP, 1944)

Esa convicción surgía de las teorías stalinistas de que los PC's de América Latina debían apoyar a las burguesías nacionales en la suposición de que eran “progresistas”, por lo tanto antimperialistas, de modo que éstas al llegar al poder desarrollarían el capitalismo al máximo para posibilitar el ulterior desarrollo socialista. Esta era la teoría de la “revolución por etapas”, que caló profundamente no sólo en la mente de los stalinistas sino en el reformismo contemporáneo, que ya llegó al gobierno, mostrando su verdadera entraña procapitalista en países tan diversos como Chile, Nicaragua, El Salvador, Brasil, Uruguay, Argentina, Venezuela y ahora Perú, donde este “progresismo” acaba de darle un portazo en la nariz al movimiento popular cuando justo a pocos segundos de declararse su victoria electoral, el “nacionalista” Humala, expresa que conformará un gobierno de coalición, convocando en la práctica, para su próximo gabinete, a figuras de la derecha para puestos claves en su próximo gobierno.

Cuando se cierran las puertas de la legalidad, se abren las puertas de la revolución
Volviendo a Cuba de los 50’s, bajo la dictadura del sargento Batista, la vida se había hecho poco menos que insoportable. Las posibilidades de oposición a la dictadura se cerraron por completo lo que hizo funcionar un acertado axioma expresado en la otra isla cautiva, Puerto Rico, por el líder Pedro Albizu Campos quien dijo: “cuando se cierran las puertas de la legalidad, se abren las puertas de la revolución”.

De todas partes de Cuba, llegan a Sierra Maestra, donde se concentraban los rebeldes, toda clase de apoyo físico, material y de nuevos reclutas dispuestos a vencer o morir.

Cuando el Ejército Rebelde del Movimiento 26 de Julio toma el poder, fiel a su concepción reformista, apoya la creación de un gobierno de “notables”, presidido por Manuel Urrutia, quien desde el principio estuvo opuesto a que el Movimiento 26-J, cumpliera sus promesas de renovación y cambio. Ante las negatividad de Urrutia, Castro renuncia y el pueblo sale a las calles y el presidente burgués es forzado a abdicar y al fin se impone un gobierno revolucionario presidido por Osvaldo Dorticós en el que se nombra como Primer Ministro a Fidel Castro y ministro de Economía al Che Guevara.

Cuba se declara Socialista
Apoyado por el Ejército Rebelde en armas, y las organizaciones populares y sindicales, el 17 de Mayo de 1959, se decreta la Ley de Reforma Agraria, expropiando, nacionalizando y confiscando tierras mal habidas o pagando indemnizaciones que EEUU se negó a recibir.

El 15 de Abril de 1961, con la abierta intervención del gobierno de J.F. Kennedy, se produce la invasión militar a Playa Girón, Bahía de Cochinos. Luego de 65 horas de duro enfrentamiento, la invasión fue derrotada. Castro, aprovechará la victoria para declararse “marxista leninista” y proclamar el gobierno socialista de Cuba “Primer Territorio Libre, en América”.

La respuesta del imperio fue el bloqueo a la Isla revolucionaria. Impedir el flujo comercial entre Cuba y el resto de países del mundo. Cuba se convierte, desde entonces, en una fortaleza sitiada, atacada por todos los medios por EEUU que no ha tenido reparos en usar armas bacteriológicas para, por ejemplo, acabar con la ganadería porcina, o generar enfermedades visuales en los seres humanos, además, ejecutar 638 atentados contra la vida de Fidel Castro, impedir, como recientemente ha sucedido, que Cuba se equipe con modernos instrumentos de medicina, aun después de haber sido pagados, al contado y en efectivo.

Fortaleza sitiada o barco en medio de una tormenta
Ignacio Ramonet, recuerda que uno de los santos de la iglesia católica afirma que “un barco en medio de una tormenta no admite disidencias” (o algo así, pido perdón por transcribirlo de memoria sin acudir a la fuente, pero la idea es la misma). Esa situación unida a la fuerte influencia del comunismo stalinista, y especialmente a la enorme soledad en la que se encuentra Cuba, ha generado una situación atípica a los postulados del socialismo.

Los éxitos de Cuba en materias de educación, salud, deporte, ciencias médicas, etc., a pesar de su precaria economía, luego de 50 años han dado paso a una línea de quiebre que acerca a Cuba a la restauración capitalista. El fin del monopolio estatal del comercio exterior, la liquidación del Instituto de Planificación Centralizada, la aparición de bancos privados, el impulso al turismo con la permisión de empresas capitalistas privadas para desarrollarse en la Isla, el peso aplastante de una burocracia estatal que impide el debate, imponiendo las viejas prácticas stalinistas de sustitución de los trabajadores que, cada vez mas, son alejados del poder, la permanencia del partido único, el caudillismo del castrismo, etc., ponen en peligro a la revolución cubana. Es que no es posible el socialismo en un solo país.

Legado del Che
Hace años el Che Guevara afirmó que el reformismo ya tuvo su oportunidad y no cambió nada: “O revolución socialista, o caricatura de revolución”, dijo. Esta frase suena hoy más vigente que nunca, especialmente en el Perú, donde haber puesto todas las esperanzas en un Humala, hoy tránsfuga de sus promesas originales, exige mantenerse en el movimiento de los trabajadores y el pueblo que hace años resiste al neoliberalismo capitalista, demandando respuestas contundentes a unos dirigentes políticos que en cuanto tienen una oportunidad de salir al frente de las demandas populares, terminan virando a la derecha.

Quizá, el mensaje de la revolución cubana, de los miles de muertos que costó, de valientes luchadores y de un pueblo que siempre estuvo en primera línea de la solidaridad internacional, sea el compromiso de luchar por el socialismo en nuestros países. “Seamos realistas, exijamos lo imposible”. Dijo el Che, en un mensaje que no debe dejar de resonar en nuestros oídos.

El triunfo de la revolución socialista en el Perú, y en el resto de América Latina, será la prolongación de la revolución cubana iniciada el 26 de Julio de 1953.

¡Gloria a sus héroes!

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