Thursday, May 31, 2012


Humala: de los votos a las botas y las balas
Ya no cabe duda, la militarización de la administración de Humala, con Valdés a la cabeza, demuestra que las fuerzas armadas peruanas constituyen el más importante partido político militar de la oligarquía peruana y de las transnacionales, que son las que tienen la sartén económica del Perú en sus manos.

Atrás, muy atrás quedaron las promesas electorales. Si te ví ni me acuerdo. Esa es la máxima implantada para casi toda la era republicana desde 1821. Recordemos que, entonces, San Martín prometió abolir la esclavitud. Pero, luego de proclamar la independencia, impuso el cuentazo de que a partir del 28 de julio de ese año, los negros nacidos recién serían considerados libres. ¿Y los demás, o sea todos? Esclavos hasta la muerte.

¿Ha habido en el Perú un presidente que haya cumplido sus promesas electorales? Ninguno. Pero, seamos justos, en la revolución francesa, que pone fin a la era de las monarquías feudales en el mundo entero, la burguesía ascendente al poder ofreció Libertad, Igualdad y Fraternidad. Más de doscientos años después, vemos que la igualdad fue otro gran cuentazo.

Los denuncia de los indignados del mundo entero, respecto a que el 1% de la población mundial, es decir los burgueses, ha despojado de su bienestar al 99% restante es la consumación de la desigualdad. Sin igualdad, tampoco hay libertad. Tampoco fraternidad desde que los medios de comunicación que controlan el pensamiento de los ciudadanos del mundo, imponen su lógica deshumanizada del individualismo y el sálvese quien pueda, una expresión que marcará para la historia la indolencia con la que Bush, en el 2005, condenó a muerte a una gran parte de la empobrecida población afroamericana, durante el paso del huracán Katrina.

De cuentazos está zurcida la politiquería de quienes hoy dominan el mundo ocasionando el empobrecimiento de los otrora países ricos. Como los que pueblan el continente europeo en el que Grecia constituye una especie de gran forado en una barca que, como el Titanic, habrá de hundir al sistema que hoy se denomina Comunidad Europea.

La voracidad de las corporaciones es la que determina las leyes para cada país y la forma que debe adquirir el Estado para gobernar de acuerdo a ese objetivo. Es la razón por la que Humala, Valdés y demás, se muestran mas agresivos y menos conciliadores que la propia empresa Xstrata Cooper, mejor dispuesta a dialogar con los representantes de Espinar, Cusco, que el propio gobierno, que ya ocasionó la muerte de 4 pobladores y 72 heridos algunos de gravedad.

Justo en momentos en que se produce el paro regional en Cajamarca, contra el Proyecto Conga, se decreta el estado de emergencia en Espinar, y se produce una revuelta de agricultores, con bloqueos de carreteras, en Charumas, Sucumbaya y San Cristobal, (Moquegua), contra la empresa minera Anglo-American.

El Perú está que arde y el gobierno que responde por la oligarquía y las transnacionales, se muestra adverso a acceder a la mínima concesión a favor de las movilizaciones que demandan respeto a la vida, al medio ambiente, a la naturaleza, a sus condiciones de existencia.

La desazón que causa Humala, precisamente en las zonas donde sus votos llegaron a sobrepasar el 75%, como en Espinar, son la mejor evidencia de que ya no es posible confiar en los políticos de la oligarquía. Tampoco en los de cierta izquierda que piensan sacar ventajas de la movilización popular pensando en las elecciones del 2016.

Casi 200 años de militarismo, de gobiernos oligárquicos, de políticos corruptos, y tránsfugas, en que los únicos beneficiados con las riquezas que produce la naturaleza peruana y el fruto del esfuerzo de sus trabajadores, ya no queda otro que pensar en una solución real, definitiva a los graves problemas del Perú y el mundo.

En Italia, las voces indignadas frente a una crisis que se levanta como un tsunami, las movilizaciones sociales han coincidido en identificarse con la idea de un gobierno de trabajadores. Nada nuevo para nosotros. A comienzos de los 80, en el Perú surgió la idea de sin militares, ni patrones, ni políticos corruptos, ¡Gobierno de trabajadores!

¿Será que ha llegado la hora de ponerse el alma y luchar por la definitiva solución a nuestros problemas luchando por un Gobierno de Trabajadores?

¿Usted que opina?

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