IRREVERENCIA

Sí, sé que esta caricatura será calificada de irreverente, ofensiva... Tal vez insultante. ¿Irreverente y ofensiva? Lo acepto, como sé que muchos estarán de acuerdo conmigo en que frente a este personaje para quien "los derechos humanos son una cojudez", no es posible ni una reverencia y mucho menos quedarse impasible ante su constante ofensiva.

Se dice en términos de estrategia, que la mejor defensa es el ataque, y eso es lo que hago siempre con mis caricaturas dirigidas a cuestionar un poder criminal, capitalista, que se escuda en la Iglesia fundamentalista, a la que pertenece este sujeto, Juan Luis Cipriani, para adormecer al pueblo y hacerlo víctima dócil de la voracidad de unas pocas empresas privadas que hoy controlan el mundo despojando a la mayoría de la población de su derecho a la vida. A la vida con bienestar y dignidad.

Una iglesia con pasado sangriento
La Iglesia Católica, en el Perú tiene un pasado manchado de sangre de vidas inocentes. Desde el momento mismo en que se captura a Atahualpa y se somete con ese acto al pueblo quechua del Tahuantinsuyo. Con la excusa de la "extirpación de las idolatrías", se cometió el genocidio mayor de la historia de la humanidad, que no fue el del pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial.

Lo peor se produce cuando la Iglesia Católica es designada a realizar un estudio de las causas por las que se sublevó Túpac Amaru II, José Gabriel Condorcanqui, y sus conclusiones fueron:

1. Porque se había dejado con vida a las élites intelectuales; 
2. Porque se les había permitido crecer económicamente en el sistema feudal-capitalista, implantado por los ibéricos; 
3. Porque se había permitido que prosigan con su idioma, costumbres, música, ideologías y doctrinas; entre otras "causas".

Pero, si tales conclusiones fueron amenazantes, la propuesta de la Iglesia para erradicar la amenaza de otra posible sublevación, fue aterradora:

1. Eliminar a las élites intelectuales y castas sociales hasta la tercera generación; 
2. Impedir que los indios dejaran la pobreza, un indio rico es peligroso, ¡el cielo no será nunca para los indios!; 
3. Erradicar el quechua, aymara y demás idiomas indígenas, los indios serán empadronados y sus nombres y apellidos serán en castellano. La música que escucharán los indios será solo música sacra, de duelo y tristeza porque ellos deben aprender a vivir eternamente en "este valle de lágrimas", serán suprimidas sus festividades, sus ceremonias, sus usos y costumbres.

Una vida sin derechos
Esa sentencia es la política de estado que rige hasta hoy. Es la colonialidad del poder que se ejerce con el estigma del racismo y un sistema, como el capitalista que el cardenal Cipriani bendice cada día con total indolencia para los millones de niños que viven en el Perú en la extrema miseria, Cipriani dice defender el derecho a la vida... para que los pobres vivan una vida sin derechos.

Finalmente, no se trata de apoyar alegremente el aborto y la "concuspiscencia", como se califica al legítimo derecho de las mujeres a ser dueñas de su cuerpo. Se trata de luchar por la libertad. Porque los mismos que hoy atacan a las mujeres organizadas en el Perú en Instituciones de prestigio real como Manuela Ramos y Flora Tristán, pertenecen, como el Cardenal Cipriani, a ese lado de la iglesia católica desprestigiada por innumerables juicios de pedofilia y sobre todo por estar siempre del lado del capital, son los mismos que atacan los derechos humanos y bendicen tanto la corrupción política como la depredación del planeta que hoy se encuentra en peligro de extinción.