La derecha peruana es un desastre universal. Es el summum del conformismo, la deslealtad, la incompetencia y el parasitismo. No son adjetivos. Bastan pocos hechos para demostrarlo.
¿Cuántos países en el mundo quisieran tener la biodiversidad natural, las riquezas mineras, la abundancia de nuestro mar, nuestros bosques? ¿Qué clase empresarial en el mundo no hubiese querido disfrutar de la abundancia de estos recursos para repotenciarlos con valor agregado y generar un país de bienestar social?
Quizá debido a tanta riqueza es que, en lugar de empresarios lo que tenemos son zánganos, que disfrutan negociando con los recursos que no les pertenecen y que les permite vivir el absolutismo de una monarquía sin rey.
A lo largo de la historia de los últimos 100 años, esta oligarquía parasitaria en su desesperación por evitar trabajar, ha saboteado todos los intentos por convertirla en clase empresarial. Hacia eso derivaba, en gran medida, la propuesta de Haya de la Torre de crear un capitalismo de Estado, que eduque a los hijos de los oligarcas en una mentalidad empresarial, para que en un futuro de corto plazo tomaran la conducción de las industrias que se formarían en el camino.
Debe recordarse que el APRA surgió precisamente en Trujillo como respuesta de jóvenes emprendedores, hijos de los antiguos barones del azúcar, desplazados por las deudas que contrajeron con las tropas chilenas de ocupación, acreencias que el Banco de Londres, se encargó de cobrar hasta generar la quiebra de los antiguos propietarios.
En las elecciones de 1931 se dio la oportunidad para que esos jóvenes transformaran el país liquidando los vestigios de semifeudalidad e implantando un capitalismo moderno y vigoroso. Los zánganos de entonces, encabezados por los Miroquesada, emplearon el epíteto “cripto-comunista” (Chávez aun no había nacido) para demoler la candidatura del joven Haya. La derecha al unísono vistió la camisa negra del fascismo para, en un escandaloso fraude electoral, voltear los votos en favor de Sánchez Cerro.
El sambenito de cripto-comunista fue empleado desde entonces, por décadas, para impedir que el APRA llegue con sus ideas primigenias al poder. Habrán de pasar muchos años de ablandamiento y muestras de docilidad de Haya de la Torre, (como se exige hoy a Ollanta al hacerle firmar cuanto documento se le presente que acrediten su buena conducta… que no servirán para nada porque la derecha no va a votar nunca por él) para que finalmente, al borde de la tumba se le concediera firmar una Constitución que se proclamó como histórica, pero que apenas duró poco más de una década.
Los tiempos han cambiado pero los vicios y temores de esta oligarquía parasitaria permanecen igual. El sambenito, palabra que viene de la inquisición y que era un castigo que se le imponía a un inocente para que se declarase culpable de lo que fuere, ha cambiado. Ya no se usa lo de “cripto-comunista”.
Hoy… ta, ta, tatán, se dice “chavista”. Los sofisticados a veces hablan de “caviar” un insulto francés dirigido contra esos stalinistas que hablaban de defender a los pobres pero gozaban a sus anchas del “oro de Moscú”. Escasos de ideas, los derechistas peruanos, tomaron de los franceses esa palabra como insulto. La respuesta es que en el Perú se les dice "hueveras", precisamente a quienes carentes de imaginación insultan con eso de “caviar”.
¿Pero qué es eso del “chavismo”? Los medios de la derecha, casi todos, empezando por el Komercio que hoy viste la K de Kako Fujimori, como la llama el preso por ladrón y genocida, dejan entrever que el chavismo significa el gobierno de un dictador que llamó a una Asamblea Constituyente, cambió la constitución de su país, se hace reelegir interminablemente, canceló el incipiente desarrollo industrial persigue a la prensa, e impuso el estatismo autoritario…¡Qué horror!
El sambenito de “chavista” hoy se lo montan 24 horas diarias, 7 días a la semana, incansable, imperturbable y cínicamente a Ollanta Humala. De tanto escucharlo, mucha gente se la cree. ¡Uy, qué miedo!
¿Cambió la constitución para reelegirse indefinidamente, para imponer una dictadura corrupta, criminal y asesina? ¿Estatismo autoritario, como cuando Montesinos hacía desfilar por la salita del SIN a ciertos empresarios que querían negociar con el Estado?
Un momentito, ¿Ese “chavismo” no se parece como dos gotas de agua al fujimontesinismo?
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