Pierre Rousset.
Lunes 13 de mayo de 2019
CHINA / HONG KONG. Se presentó un proyecto de ley que autoriza la extradición al territorio continental, a cualquier persona residente en Hong Kong a solicitud de las autoridades chinas. La adopción de esta ley significaría que la población local en adelante viviría bajo la amenaza permanente de la represión arbitraria. Las redes cívicas o políticas, locales o regionales se verían especialmente afectadas por esta amenaza.Hong Kong fue devuelto a China en 1997 sobre la base de la declaración chino-británica de 1984, basada en el principio de "un país, dos sistemas": la antigua colonia, ahora una Región Administrativa Especial (SAR), con tal acuerdo, disfrutaría de un alto grado de autonomía, como continuar viviendo bajo la Ley Básica (Constitución) actual, reteniendo muchos derechos específicos, incluso en sus relaciones internacionales. En 2017, Xi Jinping denunció unilateralmente este acuerdo, considerándolo "ya no es relevante", "carente de significado concreto" y "sin ningún valor vinculante".
Desde entonces, el control del PCCh sobre Hong Kong ha seguido creciendo. Recientemente, por primera vez, se prohibió un pequeño partido, y figuras prominentes fueron sentenciadas “a modo de ejemplo” a prisión por su asociación con la gran movilización democrática de 2014 (la “Revuelta de los Paraguas”). La solidaridad con las luchas de los trabajadores en China, liderada por asociaciones con sede en Hong Kong, está criminalizada.
Hoy, Beijing está pidiendo al Gobierno de la Región Administrativa Especial que adopte una ley que facilite significativamente la extradición desde Hong Kong a China continental. En la actualidad, el territorio tiene tratados de extradición con algunos 20 países, y no con China, Taiwán o Macao. La adopción de tal ley representaría un nuevo punto de inflexión cualitativo, en adelante, los servicios secretos chinos ya no tendrían que secuestrar a ciudadanos de Hong Kong para filtrarlos en el continente, como ha sido el caso de los libreros y editores. La extradición, legalmente sancionada, amenazaría a cualquiera que disguste a Xi Jinping, debido a que las leyes continentales están escritas de tal manera que permiten la arbitrariedad. La disidencia cívica, política o religiosa se clasificará, si es necesario, como delitos comunes.
El gobierno de Hong Kong está tratando de priorizar las preocupaciones de la comunidad empresarial: la "comunidad empresarial" tiene 13 escaños clave en el Parlamento, Hong Kong es uno de los principales centros financieros internacionales. Con este fin, excluye de la ley de extradición, por ejemplo, los llamados delitos de "cuello blanco", que incluyen la evasión fiscal; pero nadie cree en su capacidad para resistir las órdenes de Pekín de garantizar las libertades democráticas de la gente común ...
Esta ley es verdaderamente una espada de Damocles; sometería a la población a un estado de inseguridad permanente. Está dirigida contra todos aquellos en el territorio, tanto extranjeros como chinos. Este punto es importante: Muchas redes de activistas regionales tienen su sede en Hong Kong, así como las asociaciones de migrantes, incluidos los trabajadores domésticos de Indonesia, Filipinas ...
El anuncio del proyecto de ley ha provocado las mayores manifestaciones de protesta en cinco años. El 28 de abril, unas 130.000 personas salieron a las calles, según los organizadores. Los manifestantes exigieron que se abandonara el proyecto de ley, así como la renuncia de Carrie Lam, la directora ejecutiva en ejercicio por menos de dos años, denunciada por su proximidad a Beijing. Es importante apreciar lo que está sucediendo en Hong Kong y la importancia de los problemas en juego.
Afirmamos nuestra solidaridad con la resistencia en curso, preparándonos para defender a quienes están y serán amenazados con la represión por sus compromisos democráticos. 10 de mayo de 2019
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Nota. Este artículo se encuentra apareciendo en todas las redes de la Cuarta Internacional, y ha sido traducido de International Viewpoint al español por Perspectivas Anticapitalistas, de Perú. Lo que se revela coincide con una predicción lanzada en el XVII Congreso del año pasado, en que se denunciaron las amenazas de Beijing contra los derechos democráticos de los ciudadanos de Hong Kong, hoy esta situación está empeorando. Si se aprueba la ley de extradición, todas las redes militantes en particular, se verán amenazadas de forma permanente. En este nuevo escenario, tendremos que tratar con ellos las formas de garantizar la solidaridad de la forma más eficaz posible siendo muy cuidadosos en nuestras relaciones internacionales para no exponerlos a peligros innecesarios.