Eso lo
dijo alguna vez el tanguero Gardel y se quedó grabado como una de las verdades
eternas que viene a cuento ahora que, con bombos y platillos, se conmemora con
una insistencia digna de mejor causa, la captura del Abimael Guzmán quien desde
1992 purga una cadena perpetua que prácticamente lo ha convertido en muppet de
sus seguidores..
Pero si
la vida está a cuadritos para el Guzmán enjaulado, el “pensamiento Gonzalo”
está demostrando que sigue vivito y coleando. Además, está libre como el ave
que escapó de su prisión…
Una
nota recientemente escrita por el periodista Gustavo Gorritti, describe cómo a
fines de 1990, cuando apenas cumplía cien días el gobierno del ladrón y
genocida, Alberto Fujimori, el “asesor” Montesinos conspiraba para impedir la
captura del “cachetón” Guzmán, hasta que el poder absoluto haya sido
completamente justificado para la dupla mafiosa. ¿Qué podemos deducir de esa
denuncia?
Primero,
que existen intereses económicos que crearon la excusa perfecta en el senderismo
para imponer una agenda que devolvía al Perú a la condición de país sometido a
las grandes corporaciones capitalistas para redondear la globalización
capitalista. Un poder colonial que impuso la agenda de la conquista que no acaba. Como desde hace casi 500 años.
Terrorismo perromuertero
En el
principio, cuando el terrorismo senderista se manifestó en un perro muerto
colgado de un poste, la angurria económica de una burguesía churreta —por incompetente y
parasitaria, que depende de sucias y corruptas negociaciones con el Estado para
solventarse— encontró la oportunidad de hacerse de dinero fácil.
Son
muchas las denuncias que apuntan a empresas contratistas como responsables de
la mayoría de las torres eléctricas derrumbadas en los 80, durante el gobierno
del arquitecto Belaúnde. Las denuncias destacan que debido a que, por razones
de “emergencia”, el Estado pasaba por alto las licitaciones para negociar
directamente con las empresas, es que el derrumbe de torres de electricidad se
convirtieron en el negocio del momento. Unas denuncias que 20 años después siguen
sin ser desmentidas.
¿Cuántas muertes pudieron evitarse
si capturaban a Guzmán a fines de 1990? Se pregunta Gorritti.
En la
misma línea, pero en la lógica de los criminales capitalistas, podríamos
preguntarnos, ¿cuantos millones de dólares hubieran dejado de ganar las
empresas que acumularon riquezas sobre la sangre con olor a pólvora y
dinamita que el pueblo andino derramaba entre el terrorismo de Estado y el de
Sendero, si el “cachetón” no hubiera seguido libre gracias al maquiavelismo de
Fujimori y Montesinos?
20 años
han pasado y la historia de entonces se levanta nuevamente como excusa para las
nuevas fechorías de un poder capitalista que no sabe otra cosa que acumular
riquezas con las manos manchadas de sangre. Esa es la razón por la que se
revive el fantasma de Sendero a través de un Movadef que actúa como el ala
izquierda del fujimorismo y por eso su consigna máxima es la amnistía tanto
para los asesinos del Grupo Colina como para Montesinos, Fujimori y el propio
Guzmán. ¿Es esta una casualidad o es simplemente unidad de intereses en la que
los supuestos contrarios se parecen?
El Dios capitalista y el diablo senderista
¿Será
que, como en el mito católico, Dios no puede existir sin el Diablo que
justifica su existencia? Porque el Dios que lleva a la hoguera, a la tortura, a
la cadena eterna, que demanda la Inquisición con el fin de “extirpar
idolatrías”, a veces resulta más aterrador que el propio diablo.
La
nueva versión del diablo senderista, el MOVADEF, que hoy es el cuco contra el
que la derecha peruana cierra filas, asusta más, no tanto por la amenaza que
este grupo de acciones radicales pero de programa político derechista, sino por la
amenaza del castigo de Dios: el retorno del terrorismo de Estado.
Porque
una lectura real del informe de la Comisión de la verdad revela que la mayoría
de los más de 70 mil muertos que causó la “guerra sucia” (¿existe una guerra
limpia, fue la de Hitler una guerra limpia?) en el Perú fueron asesinados por
el terrorismo de Estado.
Poder
absoluto
Es para
ejercer un poder absoluto, sordo a las demandas populares y abierto a
posquehaceres criminales y corruptos de las mafias capitalistas, que una vez
más el Estado peruano a través de los medios de comunicación, chantajea al
pueblo peruano con esta fórmula: o estás con la derecha y sus partidos, obedeciendo hasta la
sumisión al Estado fujimontesinista que es el que sigue gobernando con Humala,
o te atienes a las consecuencias, porque vamos
a satanizar todo tipo de movilización social como proveniente del Movadef.
¿No hay un término medio?
La
izquierda “oficial”, con todas sus siglas, hace tiempo que se incorporó a ese
juego en el que el reformismo sólo es el puente a la continuidad del Estado
fujimorista que fue consagrado por la Constitución redactada por el propio
Montesinos en la salita del SIN.
Los
colectivos sociales que repudian a esa izquierda, que fueron el baluarte del
¡No a Keiko! Que derrotó a la candidata de la mafia en las últimas elecciones,
tienen la palabra que lleva a la acción. Es imperativo desenmascarar la patraña
orquestada por la oligarquía, sus partidos de derecha, sus medios de
comunicación que nos dan a escoger una vez más entre el terrorismo de Estado o
el Movadef, que prácticamente son lo mismo.
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